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jueves, 15 de marzo de 2012

La Voluntad Humana:


Los
seres humanos poseen una capacidad que los mueve a realizar cosas de manera
intencionada, por encima de las dificultades o contratiempos de las mismas.


Todas
nuestras acciones se orientan por aquellas situaciones o cosas que aparecen como
buenas ante nosotros, desde las actividades recreativas hasta el empeño por
mejorar en nuestro trabajo, sacar adelante a la familia y ser cada vez más
productivos y eficientes.


En
relación a esta cuestión, podemos decir que nuestra voluntad opera
principalmente en dos sentidos:


- De
manera espontánea cuando nos sentimos motivados y convencidos a realizar algo,
como salir a pasear con alguien, empezar con un pasatiempo, organizar una
reunión, asistir al entrenamiento...


- De
forma consciente, cada vez que debemos esforzarnos a realizar las cosas:
terminar el informe a pesar del cansancio, estudiar la materia que no nos gusta
o dificulta, recoger las cosas que están fuera de su lugar, levantarnos a pesar
de la falta de sueño, etc.


Todo
esto representa la forma más pura del ejercicio de la voluntad, porque llegamos
a la decisión de actuar contando con los inconvenientes.


En lo
cotidiano, algunas actividades que iniciamos con gusto, al poco tiempo se
convierten en un reto o un desafío poco deseable. De esta manera, nos
enfrentamos con una disyuntiva: abandonar o continuar con estas actividades.


Con
relativa facilidad podemos dejarnos llevar por el gusto dejando de hacer cosas
importantes; esto se aprecia fácilmente cuando vemos a un joven que dedica horas
y horas a practicar un deporte, cultivar una afición o a salir con sus amigos,
por supuesto, abandonando su estudio; en los muchos arreglos del hogar o en la
oficina que tienen varios días o semanas esperando atención: el desperfecto en
el contacto de luz; el pasto crecido; ordenar el archivero, los cajones del
escritorio, o los objetos y papeles sobre el mismo...



Claramente, nuestra intención no es suficiente, como tampoco el saber lo que
debemos hacer. La voluntad sólo se manifiesta "haciendo". No por nada se ha
dicho que "obras son amores y no buenas razones".


La
falta de voluntad, puede evidenciarse cuando retrasamos el inicio de una labor;
cuando priorizamos aquellas actividades que son más fáciles en lugar de las
importantes y urgentes, o siempre que esperamos a tener el ánimo suficiente para
actuar. La falta de voluntad posee varios síntomas, ninguno de nosotros escapa
al influjo de la pereza o la comodidad, dos enemigos que obstruyen nuestras
acciones.


Al
respecto, podríamos realizar una comparación entre nuestra voluntad y los
músculos de nuestro cuerpo, estos últimos se hacen más débiles en la medida que
dejan de moverse. Con nuestra voluntad sucede lo mismo, cada situación requiere
un esfuerzo, una magnífica oportunidad para robustecerla, de otra manera, se
adormece y se traduce en falta de carácter, irresponsabilidad, pereza,
inconstancia...


En
este sentido, vivimos rodeados de personas ejemplares: aquel padre de familia
que cada día se levanta a la misma hora para acudir a su trabajo; la repetición
de las labores domésticas de la madre; el empresario que llega antes y se va
después que todos sus empleados; quienes dedican un poco más de tiempo a su
trabajo y así no dejar pendientes; el deportista que practica horas extras...
Cada uno de ellos no sólo asume su responsabilidad, sino que lucha diariamente
por cumplir y perfeccionar su quehacer cotidiano, lo que distingue a estas
personas es la continuidad y la perseverancia, es decir, su voluntad está
capacitada para hacer grandes esfuerzos por períodos de tiempo más largos.


Por
otra parte, esta decisión debe ser realista e inmediata, y en algunos casos
programada, no sirve de nada postergarla: esperar hasta “el lunes”, “el próximo
mes” o el "inicio de año", estos objetivos o buenos propósitos suelen retrasarse
para cuando estemos dispuestos o se presenten circunstancias más favorables.


Por
lo general, se presentan como ejemplos de este valor, modelos que personifican
una fuerza de voluntad a toda prueba frente a condiciones severamente adversas
(digamos en la televisión o el cine), sin embargo, la voluntad se fortalece en
las pequeñas cosas de nuestra vida cotidiana, normalmente en todo aquello que
nos cuesta trabajo, pero al mismo tiempo consideramos poco importante.


Por
eso, conviene reflexionar detenidamente en cuatro aspectos que nos ayudarán a
conseguir una voluntad firme:


-
Control de nuestros gustos personales: Levántate a la hora prevista y sin
retrasos (por eso siempre tienes prisa, te pones de mal humor y llegas tarde);
come menos golosinas o deja de estar probando cosas todo el día; piensa en una
actividad concreta para el fin de semana, y así no estar en estado de reposo
todo el tiempo; tus obligaciones y responsabilidades no son obstáculo para las
relaciones sociales, organiza tu tiempo para poder cumplir con todo; haz lo que
debes hacer sin detenerte a pensar si es de tu gusto y agrado.


-
Perfección de nuestras labores cotidianas: Establece una agenda de trabajo por
prioridades, esto te permite terminar a tiempo lo que empezaste; revisa todo lo
que hagas y corrige los errores; guarda o acomoda las cosas cuando hayas
terminado de usarlas; si te sobra tiempo dedícalo a avanzar otras tareas.


-
Aprendizaje de cosas nuevas: Infórmate, estudia y pon en práctica las nuevas
técnicas y medios que hay para desempeñar mejor tu trabajo; inscríbete a un
curso de idiomas; aprende a hacer reparaciones domésticas; desarrolla con
seriedad una afición: como aprender a tocar algún instrumento como la guitarra,
aprender a pintar, hacer teatro, etc.


-
Hacer algo por los demás: En casa siempre hay algo que hacer: disponer la mesa,
limpiar y acomodar los objetos, ir a comprar víveres, cuidar a los hijos (o los
hermanos, según sea el caso), recoger nuestras prendas, etc.; evita poner
pretextos de cansancio, falta de tiempo u ocupaciones ficticias para evitar
colaborar; haz lo necesario para llegar puntual a tus compromisos, así respetas
el tiempo de los demás. En todos los lugares que frecuentas se presentan muchas
oportunidades, ¡decídete!


Es
necesario tener en cuenta, que una voluntad férrea se convierte a la vez en
escudo y arma para protegernos de ciertas situaciones, miles de personas han
caído en la dependencia y en la aniquilación de su dignidad. En este sentido, la
voluntad es el motor de los demás valores, no sólo para adquirirlos sino para
perfeccionarlos, ningún valor puede cultivarse por sí solo si no hacemos un
esfuerzo, pues todo requiere pequeños y grandes sacrificios realizados con
constancia.







































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